Se recoge en este volumen una serie de trabajos publicados en diferentes revistas nacionales y extranjeras, que no han perdido actualidad, puestos al día en la bibliografía de última hora.
Un primer trabajo se dedica a la minería romana de la provincia de León. Las minas eran de oro. Las del Noroeste hispano eran las mejores del Imperio. Un trabajo es una síntesis de mis excavaciones, durante 16 años, en Cástulo, Linares (Jaén), capital del distrito minero de Oretania. Dos trabajos se consagran a Navarra y a los vascones, tema siempre de gran actualidad y muy querido para nosotros. Los guerreros de las Baleares pertenecen a un tipo único entre los bronces de la España Antigua y deben figurar siempre. Las villas fortificada hispanas del Bajo Imperio demuestran que España tenía los mismos problemas que otras provincias del Imperio.
La Vía Augusta y el poema del Cid prueban que las calzadas romanas están abiertas a la circulación en la Edad Media y su trazado, en gran parte, ha llegado al siglo XXI.
En el centro del volumen se estudian Dioses y caballos. España contaba con muy buenas razas de caballos, que tenían que tener dioses protectores.
Un lote numeroso de trabajos están dedicados a la violencia religiosa cristiana, que fue muy dura y continua. Se luchaba por el poder, como escribió a un amigo Gregorio Nacianceno, uno de los intelectuales de primera fila del cristianismo, hombre cultísimo y partidario de trasvasar la cultura pagana la cristianismo. Precisamente, uno de los mejores conocedores de la ruina del Imperio romano, James O’Donnell, acaba de publicar un libro en 2010 en que da mucha importancia a las guerras religiosas en la ruina del Imperio romano.
Cierra el libro un lote de mosaico de España, Norte de áfrica y del Próximo Oriente, que prueban las intensas relaciones artísticas y comerciales de las diferentes provincias del Mediterráneo en el Bajo Imperio.