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Fábulas Esópicas

Fábulas Esópicas

  • ISBN: 9788400093891
  • Editorial: CSIC. Consejo Superior de Investigaciones Científicas
  • Lugar de la edición: Madrid. España
  • Colección: Alma Mater. Colección de Autores Griegos y Latinos
  • Encuadernación: Cartoné
  • Medidas: 22 cm
  • Nº Pág.: 516
  • Idiomas: Español

Papel: Cartoné
35,00 €
Sin Stock. Disponible en 7/10 días.

Resumen

Galio Julio Fedro, siglo I d. De J.C. Fabulista latino, liberto de Augusto nacido en las faldas del monte Pierio (Macedonia), autor 93 fábulas distribuidas en cinco libros, sin contar con otras 32 (las Fabulae nouae) que le atribuye el renacentista italiano Incola Perotti (siglo XV) en su Epitome fabellarum Aesopi, Avuieni et Phaedri y que no hay motivo para rechazar por apócrifas. Escritas en senarios yámbicos, estas fábulas, que aparecen unas como adaptación de las esópicas, otras como inspiradas en fuentes distintas y otras, en fin, como auténticamente originales, persiguen - En verso ágil, estilo claro y lengua castiza - Un fin marcadamente moral y didáctico, a veces incluso una valiente alusión política, como la que le valió la persecución de Seyano, favorito de Tiberio.

Transplantó el género fabulístico a Roma, verso popular y humilde. Su lenguaje es claro y sencillo, pero elegante. Sus metáforas son simples, pero pintorescas y sugestivas.

Fedro utilizó para sus fábulas el senario yámbico, el tipo de verso que se utilizaba en las partes dialogadas de las comedias. Ennio, Lucilio y Horacio ya habían recurrido a la fábula de manera ocasional, pero fue Fedro quien introdujo la novedad de escribir libros, de los que llegó a publicar hasta cinco bajo el título de Fabulae Aesopiae. Fedro contribuyó a fijar el género y a darle la caracterización formal, que seguirían fabulistas de todos los tiempos.

Escribió cinco libros de Fábulas. Como el propio Fedro nos dice en los prólogos y epílogos a sus libros, sus temas están tomados de Esopo, aunque también compone fábulas originales, inspiradas en la vida y en las costumbres de su época. Las dos características esenciales de la fábula de Fedro son la diversión y la enseñanza moral. Las fábulas de Fedro encierran una dura sátira contra los poderosos que abusan de su poder, contra los soberbios, los mentirosos, los malvados.

En general, las fábulas esópicas que sirvieron de modelo a Fedro constituían una reivindicación burlona del pueblo llano frente a los privilegiados, que aparecían en ellas vistos desde la perspectiva más grotesca. Fedro, de origen servil, vio en este género la posibilidad de expresar sus convicciones en una época en que era peligroso hablar libremente. Tal vez algunas de sus fábulas fueron consideradas como sátiras políticas porque llegó a ser acusado y condenado a muerte en época de Tiberio. Pero también hay una evidente intención en Fedro de instruir deleitando.

La mayoría de las fábulas están protagonizadas por animales, aunque en algunas intervienen personas, e incluso puede aparecer el propio Fedro poniendo la moraleja al final.

En las 143 composiciones conservadas se aprecia que Fedro añadió a sus modelos esópicos otros elementos tomados también de fuentes griegas, e incluso algunas fábulas son de su propia invención. Su espíritu satírico lo aproxima a Persio, Juvenal u Horacio, pero su estilo es un tanto seco, razón por la que fue poco apreciado en su tiempo. No obstante, sus versos están cuidadosamente elaborados y son un modelo de sencillez y concisión.

Otros autores escribieron fábulas con posterioridad. Así Babrio, quien en el siglo II adaptó cien fábulas esópicas. En el siglo IV Aviano reelaboró cuarenta y dos fábulas de Babrio poniéndolas en dísticos. Y en el siglo V Rómulo redactó en prosa noventa y ocho fábulas de Esopo, la mayoría de las cuales se corresponden con las de Fedro.

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