En su primera mitad, el siglo XIX fue testigo de un proceso clave para el desembarco de España en la contemporaneidad: la definición y construcción del estado liberal. A esta labor contribuyeron gentes de extracción burguesa procedentes de todos los rincones de la monarquía que, aprovechando las posibilidades abiertas por la ley, se integraron en el proyecto dotándolo así de fuerza y sentido. Pero antes de completar el trayecto hubo que superar una guerra civil, la Primera Guerra Carlista (1833-1840), cuya magnitud habría de constituir un episodio central en la andadura de los liberales españoles. Francisco Cabello, Francisco Santa Cruz y Ramón María Temprado fueron tres de estos hombres que contribuyeron activamente a la puesta en marcha del nuevo régimen. Lo hicieron en su condición de liberales, desempeñando puestos de alta responsabilidad política, y de aragoneses, llevando a las instituciones madrileñas la voz, los intereses y los problemas del territorio donde residían sus propiedades y sus gentes. «Historia de la guerra última de Aragón y Valencia» (1845-1846) es una obra clásica en la historiografía de la Primera Guerra Carlista, hija de la experiencia personal de la guerra y del activismo político de sus autores. El tiempo la ha consagrado como el primer intento sistemático de explicar el conflicto que tuvo como eje el Maestrazgo.